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Llegan las buenas temperaturas y recuperamos el gusto por los “vinos frizzantes

en Sevilla

Ahora que comienza el buen tiempo, que aumentan las temperaturas, es el momento de recuperar esas bebidas tan refrescantes y peculiares, como son los “vinos frizzantes”, un tipo de vino que se ha puesto muy de moda en nuestro país. Considerado un auténtico boom, este vino se ha hecho imprescindible en cualquier reunión con amigos o reunión social que quiera tener un carácter marcadamente joven y divertido, pero con clase. Es un tipo de vino blanco que se ha posicionado en el mercado y en el gusto de los consumidores, sustituyendo a los vinos italianos del tipo moscato y spumati, que fueron los que abrieron las puertas a este tipo de vinos, creando el hábito de pedir vinos en ambientes distendidos, quitando esa pesada etiqueta del vino tradicional, considerado como una bebida seria y formal. Estos vinos en realidad no son nada nuevos, ya Plinio el viejo los nombraba en su Naturalis Historia. Ya en la época moderna, el Vin Pétillant francés, los perlwein o sprizig alemanes o los vinos de aguja en España se instalaron en nuestro país en los alegres años 60. Este boom que nos envuelve desde hace un par de años viene envuelto en nombre italiano, y bastante mejorado con respecto a los caldos del siglo pasado. Un vino ligero, fresco, casi frío, chispeante y algo dulzón es tendencia, ya sea debido al aumento de su calidad, a su sabor diferente y refrescante, como al aumento de su presencia en bares y grandes superficies y la diversidad que podemos encontrar y que no ha dejado de crecer. Aunque en principio pudiéramos pensar que solo existen “blancos frizzantes”, no es en absoluto cierto, también encontramos los rosados y tintos, elaborados con variedades nobles como el verdejo, el albariño, el moscatel e incluso con nuestra uva autóctona, el tempranillo. Se localizan en diferentes zonas vitivinícolas y algunas ya han alcanzado la denominación de origen.

Milbesos de Rocío de Bodegas Alcaria

Como ejemplo referente en este tipo de vinos, con una proyección en el mercado sin precedente, podemos citar a Milbesos de Rocío de Bodegas Alcaria, un vino de aspecto amarillo pálido casi verdoso, con olores que recuerdan al melón y al melocotón con toque de golosina. Su sabor es dulce, pero muy natural, propio de la propia uva, suave y muy frutal, como cabe esperar de este tipo de vino de calidad.

Pero, ¿Qué es un “vino frizzante”?

La principal característica de los “vinos frizzantes” y por lo que se diferencian de los demás productos fermentados de la uva es el hecho de tener algo de “aguja”, es decir, restos de carbónico, pequeñas burbujas que le dan ese toque comparable a un refresco. Este efecto se debe a la baja temperatura que se alcanza en su fermentación, con lo que el vino no se disuelve al mismo nivel que el resto de vinos, esos que se denominan tranquilos o serios, conservando algo de carbónico que llega al paladar, dando una nota de color muy particular. Nos podemos encontrar varias formas de presentación en botella, ya que estos “vinos frizzantes” pueden encontrarse con tapón de rosca, con corona o también con el clásico tapón de corcho con bozal, como el que tienen los vinos espumosos. Hay que saber diferenciar estos dos vinos, ya que como sabemos, los vinos espumosos también contienen carbónico en su composición, al igual que los “frizzantes”, pero son sustancialmente diferentes en el proceso que se utiliza para producir el carbónico. Los vinos espumosos elaborados por el método tradicional tienen carbónico porque proceden de una fermentación en botella y una crianza mínima de nueve meses sobre las lías que han llevado a cabo la fermentación.

Diferencias entre los vinos espumosos y los “vinos frizzantes”

En primer lugar, cabe destacar que los espumosos se someten a mucha más presión en la botella que los a “frizzantes”, los espumosos tienen que tener como mínimo 4 bares de presión, por lo que sus botellas están constituidas por un vidrio mucho más resistente y con un cierre completamente hermético para evitar la pérdida de presión. Por su parte, los “frizzantes” se caracterizan por ser mucho más frescos con una marca de acidez y azúcar residuales idóneos para las temporadas de más calor. Además, estos vinos, como norma general, tienen una graduación alcohólica que suele rondar entre los 5 y los 10 grados, y que es menor al resto de vinos, incluyendo a los espumosos que oscilan entre 12 y los 12,5 grados.

MilBesos de Rocío de Bodegas Alcaria sólo tienen 5 grados, situándose entre los que menos graduación tienen, por lo que son ideales para esas fiestas que quieren ser divertidas, alegres, jóvenes, pero elegantes.